En California, el homicidio se clasifica según intención y negligencia. El homicidio vehicular ocurre cuando conducir imprudente o intoxicado causa la muerte.
En California, al igual que en la mayoría de los estados, el crimen de homicidio se clasifica de diversas maneras. Cada clasificación tiene elementos específicos que definen el delito. Como con todos los estatutos penales, si no se demuestra más allá de toda duda razonable que una persona acusada cometió cada elemento específico del delito, entonces no se puede declarar culpable al acusado.
Las distinciones entre los diferentes tipos de homicidio generalmente se relacionan con el “mens rea” o estado mental involucrado en el crimen, aunque otros factores también pueden diferenciar un homicidio de otro. Por ejemplo, tradicionalmente, el asesinato en primer grado es un homicidio en el que el perpetrador comete el asesinato con “malicia previa” o con la intención fría, explícita y premeditada de causar la muerte de la víctima.
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En contraste, el término “homicidio imprudente” se distingue del asesinato porque el elemento de intención no requiere el deseo específico de causar la muerte.
Tradicionalmente, el homicidio voluntario ocurre cuando un individuo es gravemente provocado de tal manera que induce una reacción violenta, y termina matando a otra persona “en el calor de la pasión”, en lugar de después de un período de “enfriamiento” en el que la persona debería haber recuperado la compostura.
En el caso del homicidio involuntario, un estado de “imprudencia”, “abandono” o “negligencia grave” es suficiente para definir el “mens rea” del delito. Es decir, si una persona mata a otra no por intención o deseo de causar daño, sino simplemente por actuar de manera descuidada con alta probabilidad de causar daño o muerte, se cumple el requisito del estado mental para homicidio imprudente.
El homicidio vehicular entra en la categoría de homicidio involuntario. El homicidio no se aplica cada vez que alguien muere en un accidente automovilístico; a veces, los accidentes vehiculares son verdaderos accidentes y no constituyen delito.
Sin embargo, si un conductor opera su vehículo —ya sea automóvil, bote, motocicleta u otro vehículo— de manera imprudente o negligente, y esa conducta resulta en la muerte de otra persona, puede enfrentar cargos criminales por homicidio.
Las Secciones 191.5 y 192 del Código Penal de California son los estatutos sobre homicidio vehicular. Aunque pueden ser confusos, esencialmente el homicidio vehicular se clasifica en tres tipos:
El “homicidio vehicular grave mientras está intoxicado” ocurre cuando el conductor mata a otra persona mientras conduce bajo la influencia más allá de los límites legales según el Código de Vehículos de California, y con negligencia grave. La negligencia grave implica descuido extremo, sin consideración por las consecuencias o el bienestar de otros. Este delito es punible con hasta 10 años de prisión.
El “homicidio vehicular mientras está intoxicado” ocurre cuando el conductor mata a alguien mientras comete infracciones menores relacionadas con la intoxicación, pero sin negligencia grave. Este delito es punible con hasta 4 años de prisión, aunque normalmente la sentencia es menor a un año en la cárcel del condado.
Ejemplo:
El homicidio vehicular que no involucra alcohol o drogas es la muerte de una persona mientras se opera un vehículo durante y como resultado de:
a) cometer un delito menor ilícito distinto a estar bajo la influencia;
b) conducir peligrosamente; o
c) causar intencionalmente un accidente para obtener ganancias financieras (como cobrar un seguro).
Los estatutos de homicidio vehicular de California también establecen que quienes sean condenados por homicidio vehicular grave mientras están intoxicados y hayan sido previamente condenados por este u otros delitos específicos, pueden enfrentar una sentencia de 15 años a cadena perpetua.
Además, si la conducta del conductor es extremadamente temeraria o muestra un desprecio flagrante por la vida humana, el fiscal puede argumentar que el mens rea del conductor equivale a malicia implícita, y el individuo podría ser acusado de asesinato en lugar de homicidio. Una condena por asesinato en California conlleva una sentencia mínima de 15 años a cadena perpetua.
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